Un bote de plástico vacío lleno de macarrones: mi hijo lo abre, lo cierra, lo vuelve a abrir, saca los macarrones, lo vuelve a cerrar, lo abre otra vez, mete los macarrones y así puede pasarse un buen rato.
Pero con lo que realmente se entretiene es con un cargador de móvil y una bisagra de un mueble al que le quitamos la puerta. Lo engancha, lo deja, lo quita, puede pasarse más de media hora. (siempre bajo nuestra mirada atenta, es peligroso que juegue con cables o cordeles largos, ya lo sé)
Con sus juguetes... apenas se entretiene unos minutos. ¿Por qué será?
3 comentarios:
Jo crec q li va l'electrónica, per que si veres com enganxa els auriculars al mòvil, ell asoles...és un manitas.
SARA
Pues los botecitos de potitos de plástico van ideales para jugar a cocinitas en el barro!!!!
Me apunto los botes para el barro. Y sí que es verdad que los niños para la tecnología son unas fieras :)
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